Nunca dejes que se diga que Pedro, el alcalde tiene miedo de ensuciarse las manos. Hace solo unas semanas lo tuvimos personalmente entregando el toro en La Cuerda y hoy se lo pudo encontrar colgando aros de ganchillo desde la parte superior de una torre de andamios mientras Andrea y un equipo de damas lo empujaban por la plaza.
Fue una de esas escenas encantadoras y vagamente cómicas con las que te encuentras a diario aquí.
Me pregunté cuándo subiría la pantalla. Todavía no hay señal de la pieza central prometida: estoy desesperado por ver que se complete antes de irme al Reino Unido mañana, pero como dicen, siempre hay manaña.
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